Finalmente terminó el 2015 y, para muchos, no termina de saberse si fue bueno o malo. Para mí fue un año de trabajo, de mucho trabajo, con resultados a veces buenos, a veces malos. Tanta siembra, con todo, al final, deja buenas esperanzas para seguir caminando y esperar que las lluvias alimenten la tierra para que pronto se puedan cosechar buenos frutos.
Fuera del día a día, soy malo para enumerar logros y desesperanzas, así como tampoco suelo alimentar falsas ilusiones; como digo, prefiero esperar a las lluvias para poder separar las flores del abrojo.
Comparto aquí, con la memoria al vuelo, los proyectos del 2015; algunos ya terminados y otros aún en curso. En lo referente a los proyectos compartidos, de antemano pido disculpas si algún nombre olvido; quienes bien me conocen, sabrán que mis juegos de ruidos y silencios y mis intentos de luces y sombras siempre están con los brazos abiertos.
El primer proyecto del año fue el libro impreso La oficina del olvido (Ediciones y Punto). Todavía puedes conseguir un ejemplar poniéndote en contacto con la editorial a través de su fanpage en Facebook: Ediciones y Punto o dando click sobre el título: La oficina del olvido. Además puedes conseguir otros títulos de su prometedora colección Averno, ideas oscuras; recomendación especial de los textos de Paulina Monroy y Odeen Rocha; agradezco con el corazón al segundo por apoyarme en la presentación de mi libro en el marco de la FIL Zócalo.
La oficina... es un proyecto que surgió, a su vez, de un proyecto mayor: Cincuenta palabras, página web española, admirablemente administrada por Álex Garáizar, que reúne a minificcionistas de todo el mundo hispanoescribiente que tienen por pasión narrar en exactamente 50 palabras. El proyecto ha sido tan fructífero que ya cuenta con dos antologías, reuniendo a sus mejores exponentes. Una selección de mis 50 palabras ha aparecido en ambas antologías, y ha sido un gran honor.
En este recuento de los años, no puedo dejar de mencionar a Penumbria, revista de literatura fantástica, en donde ya hace mucho dejó de ser útil decir que es mexicana, porque actualmente cuenta entre sus colaboradores frecuentes a autores españoles, argentinos y un largo etcétera. Desde el principio, Penumbria ha sido como un hogar para mis cuentos. Siempre digo "esta vez no tendré algo para enviar, pero siempre me sale una historia porque tanto los responsables de hacer la revista como sus autores publicados siempre son inspiradores, terriblemente inspiradores. El recuento de mis aportaciones para esta fantástica revista lo puedes encontrar en mis Obras incompletas, en donde además podrás ver y compartir la nómina de mis trabajos y mis días.
A la amistad habrá que sumar la muy estimable de Huge Mess y Alexsa Bathory, con quienes he podido dar forma ya a dos publicaciones de ArteSanoDigital: Terrotic en 2014 y 50 demonios en 2015. Desde luego, a nombre de mis compañeros, agradesco tanto a autores como a proyectos alternos como Ciudad Mínima, 50 palabras y Penumbria por haber confiado en nuestros juegos de palabras.
Pero si de lúdicos hablamos, mis más sinceros afectos y respetos están con Huge Mess y su hashtag en Twitter: #Jueverotic , que ha tenido tanto éxito que este año dio como resultado una antología impresa de cuento erótico, publicada por Canto del libro, y que muy pronto andará circulando en las librerías Gandhi de México. En esta antología hay un cuento mío, que es un humilde intento por acercarme a un género que, reconozco, no termino de dominar; el erotismo se presenta como un reto que espero superar con dignidad alguna vez.
Justamente el reto está en el cine: este año tuve la fortuna de ponerme en contacto y conocer en persona a quienes forman el proyecto postporno @3equisxxx1 con su director Mauricio Parra y los actores Calia Qadehs y Álex Palma. Si bien había escepticismo al principio, al ver su trabajo, su pasión y entrega, y sobre todo su charla tan amigable, no puedo sino afianzar mis ganas de escribir erotismo y, quizá, alguna vez hacer un guión.
Y qué pequeño es el mundo, que al conocer a @3equisxxx1 me enteré que hay amigos entrañables en común: Mariano F. Wlathe. Como se dice, hay envidia de la buena, porque el trabajo de Wlathe demuestra también empeño y pasión. Ya estoy ansioso por ver ese primer cortometraje cuyo guión es de la trastornada imaginación de Mariano, quien este año pudo bailar Al son de las sirenas.
Mientras se cumple el sueño de escribir para @3equisxxx1 en los últimos meses de ese ajetreado 2015 pude caminar por la senda de otra de mis pasiones, la fotografía, e iniciar el aprendizaje de la fotografía erótica, que es más, mucho más, que un simple disparo en la oscuridad o un desnudarse gratuitamente. Aún estoy trabajando en mis primeros intentos, pero gracias a los mismos he podido conocer a buenos fotógrafos y a excelentes modelos como Martha Avellaneda Taddei y María Hernández.
Agradezco también a Bersaín Lejarza Abelleyra y a José Manuel Ortiz Soto por creer en mi trabajo e incluirme en sus respectivos proyectos literarios y culturales; deseo larga y fructífera vida para editorial Objetum, Antología virtual de minificción mexicana e Internacional microcuentista.
Terminando estas líneas, casi olvido un fuerte, fuerte abrazo, para el poeta slamer Comikk Mg y todo el colectivo POM, que me dio la oportunidad de ganar mi primer Slam de poesía, también en el marco de la FIL Zócalo. Quienes se mueven en el circuito mexicano de Slam Poetry saben que más que un premio, un primer lugar, un honor, se gana la amistad, la alegría, la palabra viva y poder compartirla. Gracias, querido Rojo Córdova, también, por ser excelente promotor y mentor de la palabra al viento.
Quedan muchos nombres, proyectos y amistades en el tintero del corazón y en los presagios del 2016. Al final, no puedo sino quitarme el sombrero y ofrecer una reverencia.
Me postro ante ti, Lía Romero, virtud de mi camino.