sábado

Biblia de Gutenberg

Quizá dos autores con los que me gustaría morir son Jorge Luis Borges y Umberto Eco. Además de la declarada admiración del italiano al ciego argentino, una cosa que une a estos dos son las vastas referencias bibliográficas que se encuentran en sus respectivas obras.

Actualmente tengo en mis manos La misteriosa llama de la reina Loana. No contaré absolutamente nada sobre la penúltima novela de Eco. Lo que, en definitiva, no puedo dejar de hacer es referir una de las tantas vertientes que se siguen cuando se tiene una novela de tal catadura.

En esta entrada dejo, al menos como fuente de admiración, una versión digital de la primera Biblia impresa en el mundo, la de Gutenberg (1453-1455), si bien no el primer libro impreso. Desde luego, esta Biblia salió del taller del famoso orfebre alemán.

El libro es la reproducción de la Vulgata, el texto latino canónico seguido por la iglesia romana. Los entendidos sabrán que El antiguo testamento tiene sus originales en hebreo y arameo, en tanto que El nuevo testamento lleva la lengua del imperio. Así, la compilación de ambas tradiciones está en la Vulgata. Parece lógico que la selección de los textos canónicos responda a intereses políticos, desde luego, en beneficio del imperio; aún faltan varios siglos para la Reforma, acalorada época en que se hacen las primeras traducciones a lenguas vulgares.


Post data: quizá lo referido aquí resulte de escaso interés para la sociedad de Los falsos lectores, cuyos miembros están más interesados en treinta dinares que en la historia de una tradición.

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