sábado

Juanita Bodoque XII

El día que murió Cabeza de caballo dejé de reír... y de escribir.

¡Juanita, Juanita Bodoque, hija, por el amor de Dios, deja de escribir esos cuentos, que te vas a volver loca!

Mi madre no sabía, o no quería saber, que mi padre me había heredado la locura, y tal vez un día yo se la heredaría a mis hijos, y mis hijos a sus hijos... Quizá así podremos arrancarnos del pecho ese corazón con clavos que lleva la estirpe de Juan Ehecatl. Sólo yo sé que por eso se fue una mañana rumbo al mar:

Quiero que me canten al oído mientras me arrancan este corazón que me lastima por dentro.

Yo dejé que muriera Cabeza de caballo. Esperaba que fuera un sacrificio para repoblar la tierra de sueños y esperanzas. De todos modos ya estaba muy viejo y ya no podía espantar a nadie. A mí siempre me dio ternura y algo de pena; quizá él también llevara clavos en el corazón.

¡Juanita, por el amor de Dios, deja de escribir que te vas a volver loca!

Está bien, madre; pero cuéntame otra vez la historia del conejo en la luna.



*En el quinto número de la revista Penumbria apareció el cuento que lleva por título "Cabeza de caballo". Hace unos meses un sueño me lo trajo de nueva cuenta y escribí otro cuento que, salvo por el nombre del personaje, se puede leer de manera completamente independiente. "En la penumbra duermes tú" aparecerá en el próximo número de Penumbria (ya lo anotaré en la siguiente entrada de este blog). Ahora bien, desde siempre he tenido esa enfermiza inclinación a darle muerte a los personajes. Quería darle una muerte digna a Cabeza de caballo. Creo que no hay mayor dignidad que la del tópico de las armas y las letras. Así que desde ayer he caminado dándole vueltas al asunto y, al fin, he vislumbrado en otro de mis personajes la solución del problema: Juanita Bodoque, autora de Cabeza de caballo. Los párrafos con que inicia esta entrada son, apenas, borrador y esquema básico para la tercera parte de lo que formaría la trilogía Cabeza de caballo.

**El interesado lector puede encontrar otras colaboraciones en Penumbria y otras publicaciones en la parte derecha de este espacio: Más de acá para allá: Obras incompletas.

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